Remedios Naturales Para La Gota: Transforma Tu Vida!
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La artritis es una inflamación articular que produce síntomas muy molestos, como veremos más adelante, perjudicando mucho la calidad de vida de quien la padece.
La artritis puede ser causada por el desgaste natural de las articulaciones, la edad, un traumatismo directo o indirecto, el sobrepeso, la heredabilidad, la mala alimentación y el mal funcionamiento del sistema inmunitario, entre otros factores.
Pero también puede deberse a hongos, bacterias o virus, que se instalan en la articulación a través de la corriente sanguínea, generando un proceso inflamatorio.
Si dicho proceso no es controlado a tiempo, puede conducir a la completa destrucción de la articulación, con la consecuente pérdida de su función.
Esta es una de las enfermedades inflamatorias crónicas más comunes entre las mujeres, los obesos y las personas mayores de 40 años.
Sin embargo, estos son datos generales, pues algunos tipos son más comunes en los hombres, como ocurre en el caso de la artritis gotosa, por ejemplo.
A continuación puedes ver los tipos de artritis más frecuentes.
Este tipo de la enfermedad daña el cartílago de las articulaciones y causa la hipertrofia de los huesos afectados (es decir, un aumento excesivo de los mismos).
Esta clase de la enfermedad es más común en los hombres y es causada por microcristales minerales de urato.
Las articulaciones que la artritis gotosa más afecta son las de las rodillas, los codos, los tobillos y el empeine del pie.
Este tipo de artritis es parte del grupo de enfermedades consideradas urgentes en términos médicos, pues es causada por microorganismos.
Las bacterias que la causan son el Staphylococcus aureus y la Nisseria gonorrhoeae.
Los principales factores responsables son: las enfermedades malignas, el uso de drogas, las cirugías ortopédicas y la diabetes, entre otros.
Está relacionada con una enfermedad de la piel llamada psoriasis. En este tipo de la enfermedad, las articulaciones se ven muy afectadas.
Afecta directamente el sistema inmunitario del cuerpo, que por error ataca a las articulaciones e incluso a la membrana que las recubre.
La artritis reumatoide afecta al 1% de la población mundial y deja las zonas afectadas hinchadas, enrojecidas y doloridas.
Por supuesto que pueden cambiar un poco en virtud del tipo de la enfermedad, pero éstos son los más frecuentes:
Estos y otros síntomas pueden ocurrir en personas de cualquier edad, incluidos los niños, y es muy común que más de una articulación se vea afectada al mismo tiempo.
Si tienes alguno de estos signos, es recomendable que vayas a un médico ortopedista para que confirme el diagnóstico.
Para diagnosticar la artritis, un médico ortopedista, además de observar los signos clínicos de la enfermedad y escuchar la información transmitida por el paciente, puede pedir un examen de rayos X para comprobar la inflamación local y la deformidad de la articulación.
En algunos casos, la prueba de laboratorio del factor reumatoide puede ser útil para ayudar en la opinión del médico, pero no siempre es necesaria.
Para el diagnóstico de la artritis séptica, la punción de líquido sinovial de la articulación afectada es indispensable.
Como la ciencia occidental de la salud aún no ha encontrado una cura para la artritis, su tratamiento tiene como objetivo principal aliviar los síntomas y mejorar la función de las articulaciones afectadas.
Con esta finalidad, el profesional de salud puede recomendar el uso de medicamentos tales como analgésicos, antiinflamatorios e inmunosupresores, entre otras soluciones.
En los casos más severos, cuando los medicamentos orales no son suficientes, puede ser necesaria una infiltración con corticoides en la articulación, para lograr un efecto analgésico y antiinflamatorio inmediato.
Cuando el paciente se queja de dolor y dificultad de movimiento, se recomienda la fisioterapia.
Es necesario cuidar la dieta como parte del tratamiento. Debe ser rica en antiinflamatorios y baja en alimentos procesados.
Puede ser necesario realizar cambios en el estilo de vida, especialmente evitando el esfuerzo físico, lo que podría aumentar el dolor y la inflamación.
La práctica de ejercicios de bajo impacto, como la natación, la hidrogimnasia y el Pilates también es recomendable, ya que ayudan en el combate a la inflamación y en el fortalecimiento muscular.
Hay que tener mucho cuidado con cualquier ejercicio que exija mucho esfuerzo, porque puede dañar aun más las articulaciones.
No obstante, si el médico considera que la articulación ha sufrido demasiado desgaste, puede sugerir que sea realizada una cirugía para la colocación de una prótesis en el lugar de la articulación afectada.
En esta sección conocerás los distintos tipos de artritis, sus causas y factores de riesgo, sus signos más frecuentes, los tratamientos más recomendados y los mejores remedios caseros para aliviar la enfermedad.
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